24 feb 2017

Regresando a las estadísticas

Venezuela no da tregua.

Vivo en un país donde todo el tiempo por alguna cosa sientes que eres parte de las estadísticas.
Las hay para escoger, pobreza, situación laboral, crisis humanitaria, inseguridad; de cada cosa (negativa) que se pueda medir, en Venezuela estamos al día.
Lo que me trae la vida complicada es que sigo sumando a las estadísticas de inseguridad.

Hace 5 días me robaron mi carro, lo llaman "hurto", porque se lo llevaron del lugar donde lo dejé estacionado. Obviamente, nadie sabe, nadie supo. Y como estoy en otras tantas estadísticas no tenía seguro por lo que la pérdida es completa.
Es de esas cosas que solo pasan, sales y no consigues tu carro, tu patrimonio; ese que cuesta tanto conseguir cuando formas parte de las estadísticas de "no me alcanza".

Hay una frase que no se sale de mi mente con esto: LA INSEGURIDAD ES UNA SENSACIÓN.

Y si, resulta que no se me quita la sensación de estadística de inseguridad cuando voy camino al Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas a hacer mi declaración, donde dejo por escrito con firma y huellas que la sensación de inseguridad llegó a mi vida, nuevamente.

No se me quita la sensación cuando escucho una y otra vez que debo dar gracias a Dios porque "no me pasó nada". Porque cada día, todos los días en Venezuela son asesinadas personas por un carro, un teléfono, unos zapatos, un pan.

No se me quita la sensación de esa estadística cuando regreso al cuerpo policial, un par de días después y me toca entregar la copia de los documentos originales de mi vehículo, y mientras el funcionario toma nota y me recibe, veo cientos, tal vez miles de sobres, carpetas y lo que parece ser un montón de sensaciones arrumadas en pilas medianamente ordenadas en una oficina de la delegación.

Para completar mi mal, un malestar físico hace que mi médico me prohíba el café por otra semana, nada qué hacer.

Unos días y debo retomar el rumbo de mis días, entender que solo me quitaron algo sin lo que puedo vivir perfectamente, pero algo que era mio y que no puedo recuperar como quien sale a comprar huevos frescos porque se pusieron piches lo que ibas a usar en la tortilla. Eso no pasa cuando estás en algunas estadísticas.

Es cierto entonces lo de aquella frase: La inseguridad es una sensación. Si, porque esa sensación se queda contigo, se queda casi de manera permanente cada vez alguien te quita tu patrimonio, solo porque puede.

Solo pido para que mi sensación acabe.

Me quedo un rato más con mi sensación de inseguridad y con las estadísticas renovadas a ver si algo bueno pasa.

Abrazo a mi pequeña.

... y respiro.


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