3 dic 2010

Mi carta al Niño Jesús

Llegando el mes de diciembre comienzan las tradiciones y eso si que me gusta!!! Wao! Como me gusta la Navidad!!!
Con la fecha llegan las ganas de hacerle la carta al niño Jesús y me voy por el método tradicional; es cuando agarro el lápiz y mi mente colapsa!
No se por donde empezar!!!!.. La duda me ataca!
Ahora que soy grande quiero agradecerle a Dios todas las bendiciones que rodean mi vida, pero obvio que quiero pedirle y no se si debo empezar por mi, por mis hijas, por mis padres, por el vecino que se quedó sin trabajo y tiene esposa y 2 hijos que mantener; si le pido por el que perdió la casa con la llovedera, si le pido por el que está preso por pensar diferente al gobernante con complejo de Dios, quiero pedir por el niño que estaba durmiendo esta mañana en el banquito de la avenida. Ah! por la señora que estaba buscando la medicina y no le alcanzaba la plata para llevársela al hospital porque no hay insumos.
Quiero pedir para la mamá que ayer estaba enterrando a su hijo que cayó muerto en medio de una balacera de los malandros del barrio. Cónchale, quiero pedir por el señor que tienen secuestrado y por los hijos que andan pariendo los reales a ver si lo sueltan.

Yo quiero pedir por el chamo que quiere ir a la universidad, pero también tiene que echarle pichón trabajando para ayudar en la casa a su madre y los amigotes le dicen hay un camino más fácil, sin tanto trabajo.

Quiero pedir por la señora que se tiene que disfrazar con su camisita roja para llevar el mercado para la casa, pedir para que no tenga miedo nunca más.
Quiero pedir porque mi sobri no tenga miedo de disfrutar una tarde con sus amigos porque es capaz y "algo les puede pasar"...

Tengo que pedir paz para el corazón de ese señor que grita que si no te gusta su manera de pensar eres su enemigo, que si eres diferente no mereces ni compasión porque el es el dueño de la verdad y tu seguramente por alguna razón eres el causante de su desgracia.
Debo pedir por el muchachito que a punta de golpes ya olvidó lo que es ser niño, que ha visto y vivido más de lo que debería y/o quisiera para su edad.

Quiero pedir por la amiga que buscando tranquilidad y un poco de prosperidad se fue a vivir de inmigrante a otro país, matando tigres sin importar ese diploma que hoy no le sirve de mucho, pero en medio de su añoranza y su trajín solo piensa en cuando podrá regresar a su país.

Pienso que debo pedir por la esposa y el hijo del que está preso con o sin razón, pero que ya pasó a ser un ser sin derechos y sin oportunidades. O por la esposa que aterrada ve como sus hijos crecen en medio de un hogar lleno de puños, voz alzada, ojos morados y mucho mucho miedo.

En este momento recuerdo a esa chica llena de optimismo y fe, empeñada en buscarla dondequiera que se esconda y con ganas de comerse al mundo; hoy se quedó en la lágrima de su recuento matutino. Debo pedirle que regrese de prisa para que no pierda esa fe y ese optimismo!!

Entonces mi carta navideña es algo así como una oración infinita y ya no se si mi carta es el reflejo de mi fe o de mi duda..

Y cuando quiero pedir para mi, quiero pedir humildad, tolerancia, aprender de mis errores, aprender a equivocarme y a no tener siempre la razón. A no olvidar nunca el dar las gracias!.

Que difícil se pone la cuestión cuando uno empieza a madurar, que complicado se me ha convertido un acto que desde niña solo era soñar y ponerle color a ese sueño...

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