27 ene 2014

El mejor momento

Dicen que uno debe guardar de los seres queridos lo mejores recuerdos. Eso dicen. 

Hoy perdí un amigo,  de esos que siempre recuerdas con una sonrisa. La verdad es que aunque lo recuerdo vivo, alegre, en sus mejores días, no dejo de pensar que mi último recuerdo debió ser en su cama de hospital. 

Es un consuelo saber que la gente que vive su vida a plenitud se va con el corazón lleno, pero me queda la arruga en el corazón por el abandono. Uno sin querer-queriendo abandona un poco a los amigos de siempre. 

Mi amigo, EL NEGRO, era un tipo muy particular. Cuando lo conocí, era el amigo de mi hermana,  yo me pegué a esa amistad. Para mi hermana era un cómplice, un amigo patria o muerte… Él es el padrino de su hija mayor, yo soy la madrina. 

Para mi, era casi que un héroe. Un tipo genial que trabajaba en la industria de la música… Dije, trabajaba en la industria de la música. ¿Hace falta que diga por qué era casi un héroe para mi? 

El Negro trajo a mi casa el primer disco de Michael Jackson que era mío y que no tenía que compartir. Me presentó a Chayanne, del que me enamoré y con quien tuve un "casi" en su momento y todo fue por mi amigo el negro  ¡wow!  Eso es ser amigo vale, cuadrarle a uno una cita con Chayanne, a los 18 años! jajajajaja Mi madre casi muere del susto! De esa historia solo me quedó una foto guardada en un baúl.  Pero, esa es solo parte de la historia.

El Negro trabajaba en una disquera famosa, siempre llegaba de Caracas a mi casa y abría la maleta llena de discos ¡que no habían salido! Siempre traía lo nuevo y nos llevaba a "colocar" la música para que sonara en radios y discotecas. 

Tener una amigo así cuando eres un fan de la música a nuestra edad era lo máximo. Mi hermana (mayor) y yo nos disfrutamos artistas en vivo como quisiéramos. Mi tía Mar, la menor de la casa cenó con Ricky Martin cuando hizo su primera gira, almorzó con Magneto cuando llegaron a Venezuela. Recuerdo que me enamoré de Luis Enrique gracias al negro. Y así una lista eterna de anécdotas.

Esto era muy, muy cool. Pero además, era un tipo solidario, el mejor amigo que pudieras pedir. Fiel, y capaz de mover montañas solo por hacer que te sintieras bien. Era un tipo con el que podías conversar por horas y no te cansabas, sin importar el tema. Siempre enamorado de su bella esposa a quien perdió hace ya bastantes años, cuidando a sus hijos, siempre atento. Lo más divertido de conversar con él, era que no le daba pena decir lo que pensaba. 

Hace unos años su salud se vio desmejorada, envejeció muy de pronto y se fue de la ciudad. Nos dejamos de ver. 

Esta navidad, mientras mi hermana estaba de visita en la ciudad conversamos y pensamos ir a verlo, hacía rato que no sabíamos de él y supimos que ya estaba en la ciudad, supimos que estaba enfermo.  Junto con nuestra 3ra hermana (putativa) y la tía Mar (la menor) dijimos que íbamos a verlo "en estos días", no fuimos.  Eso fue hace 4 semanas. 
Esta tarde nos han llamado para decirnos que se fue, que ya no está. Mi corazón se puso chiquitico y no pude más que sentarme a recordar todas las cosas bonitas y divertidas que siempre vivimos con el negro, nuestro querido Negro Memín. 

Esperamos el mejor momento para despedirnos y este momento no llega, pasa. Este momento pasa y nos deja el sabor amargo de ese abrazo que no se dio, de ese te quiero mucho que se te quedó en los labios.  Hoy, hablando con mis hermanas nos dimos cuenta de que nosotras teníamos ya casi 3 años sin reunirnos como lo hicimos este diciembre. Entonces, a solo unos días de haber planeado ir a visitar al negro, él se va; justo el día en que ninguna está en la ciudad. Que cosas tiene la vida. 

Mi querido con-compadre Alexis Orellana, te mando un abrazo hasta donde mi energía y mi recuerdo te llegue. 

Mi sonrisa esta noche antes de dormir es para ti, por tu recuerdo.

Te quiero mucho.

Gaby. 

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